
En los últimos meses hemos estado muy pendientes del crecimiento del PBI. Nos preocupamos por el bajo resultado de enero, y recientemente el presidente del Banco Central de Reserva ha comentado con optimismo que el crecimiento fue algo mayor en febrero. Lo cierto es que ya todos asimilamos la desaceleración, y, décimas más o décimas menos, las tasas a las que crece la economÃa son aún bastante decentes y destacables en la región. Sin embargo, el crecimiento del PBI no es el problema. Y mirar y discutir demasiado esta variable nos puede distraer de otras más importantes, y que, al menos ahora, cuentan una historia un poco más preocupante sobre el momento por el que pasa la economÃa peruana.
AsÃ, por ejemplo, mientras el PBI sigue creciendo, el empleo dependiente en Lima Metropolitana ya lleva cayendo nueve meses. Vale la pena notar que esta caÃda es más prolongada que la observada en el 2009, año del impacto de la crisis financiera internacional. Esta situación del mercado laboral presenta realidades muy diferentes por tipo de empresas o regiones del paÃs. AsÃ, mientras que en enero el empleo en las microempresas y pequeñas empresas cayó 9%, en las empresas grandes, con más de cincuenta trabajadores, siguió creciendo a un ritmo saludable de 5%. Y mientras que en el sur del paÃs el empleo crece 5%, en el norte cae 1%.
Las familias están percibiendo claramente estas diferencias en el comportamiento del mercado laboral. El último reporte de confianza del consumidor de APOYO ConsultorÃa dejó claro que las familias de menores ingresos observan un deterioro en su situación económica familiar y una mayor dificultad para encontrar empleo. Si bien las familias de ingresos más altos notan un enfriamiento, este no parece ser lo suficientemente fuerte todavÃa como para afectar su situación económica y sus decisiones de consumo.
Como se ve, si nos olvidamos por un momento del PBI y en cambio comenzamos a ver el mercado laboral, el diagnóstico del desempeño de la economÃa cambia de manera importante: al igual que el PBI, el mercado laboral se desacelera, pero algunas personas, según en qué tipo de empresa o región del paÃs trabajen, la están pasando mal. Esta mirada también cambia la necesidad de acción de nuestras autoridades: un ritmo de crecimiento del PBI de 5% puede ser aceptable, pero no un mercado laboral que se contrae de manera más persistente que durante la crisis del 2009.
¿Qué se puede hacer? Debemos dinamizar el principal determinante del empleo en el Perú: la inversión privada. Esta ha pasado de crecer a un ritmo de 13,5% en el 2012 a no crecer en el 4T2013, e incluso a caer en el primer bimestre del 2014. Por supuesto que no hay una receta fácil para esto, pero hay muchas cosas concretas que podrÃan hacerse para reanimar nuestra alicaÃda inversión (usaré la excusa del espacio para no entrar a esta discusión ahora). Si no hacemos algo hoy, corremos el riesgo de llegar al 2016 con dos años de lento crecimiento, contracción del mercado laboral, y esperando nuevamente a que sea la minerÃa, a través de su mayor producción de cobre, la que nos lleve a una mejor situación.
Autor: Hugo Santa MarÃa, Socio de Estudios Económicos de APOYO ConsultorÃa
Fuente: Gestión