La Columna de FOZ

Laudato Si

21 June, 2015 · en ‏‏‎ ‎

A su inauguración, Francisco invitó a Sergio Sánchez, un cartonero de Buenos Aires, señal de su interés por los pobres y por el medio ambiente. En un mundo sin liderazgo global y sobre un tema candente del debate político de nuestra época, la reciente encíclica puede generar tanta controversia como Rerum Novarum de León XIII, que censuró las condiciones de trabajo en época de la Revolución Industrial, y Huamanae Vitae de Pablo VI, que rechazó el control de la natalidad.

Aunque se inicia con una referencia al medieval Cántico de las Creaturas del santo de Asís, la encíclica no se demora en listar razones por las cuales aún no se logra un acuerdo global que proteja el ambiente. Según el Papa, ellas van desde la negación del problema a la indiferencia, a una resignación confortable y a una fe ciega en los avances tecnológicos. Planteando que el calentamiento del planeta es principalmente una consecuencia de la actividad humana, el texto reclama medidas urgentes para reducir drásticamente las emisiones de carbono. Su divulgación es oportuna teniendo en cuenta las negociaciones a realizarse en París a fines de año. Antes, el Papa hablará en las NNUU y en el Congreso de los EEUU. De los diez precandidatos republicanos a la Presidencia, la mitad son católicos, incluido Jeb Bush, quien acaba de aclarar que no diseña su política económica a partir de los escritos del Papa.

La encíclica formula que el cambio climático tiene que ver con la adicción al consumismo y a la conveniencia, la cual no se atenuaría a menos que las personas cambien de actitud. En tal sentido, plantea una discusión moral respecto de la relación del ser humano con su ambiente. Respalda la inversión en fuentes renovables, aunque es innecesariamente crítica de propuestas, como la de establecer un mercado de emisiones de carbono.

Es evidente que la Tierra enfrenta riesgos ecológicos significativos y que los pobres resultan los más afectados del cambio climático. Francisco dixit.

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