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CADE Universitario: los mitos que prevalecen

Hace unas semanas tuve el honor de participar como panelista en el CADE universitario, un evento organizado por IPAE y que congrega a más de 500 de los mejores estudiantes del país. Es un evento que ofrece un espacio de discusión sobre el futuro del país, para quienes probablemente dentro de unos años serán los protagonistas. Pero para mí lo más interesante no fue lo que hablamos los panelistas, sino lo que vino después.

Cuando les tocó intervenir, varios estudiantes criticaron muy fuertemente al «modelo económico actual», principalmente por dos razones. Primero, porque “el modelo no ha permitido que Perú produzca bienes con alto valor agregado ni que pueda diversificarse en los últimos años”. Segundo, porque “este modelo lo único que hace es enriquecer más a los ricos y empobrecer más a los pobres”.

En mi opinión, estas intervenciones tan críticas fueron muy positivas y le daban sentido al evento. Pero me sorprendió negativamente que aún prevalezcan algunos mitos sobre el desempeño de la economía peruana durante estos últimos 20 años de libre mercado. Basta analizar estadísticas públicas para confirmar que tales afirmaciones son bastante cuestionables. Y me parece razonable suponer que entre los asistentes al CADE universitario el acceso a internet no es limitado. De hecho, varios de ellos tenían internet en la palma de sus manos, en sus smartphones.

Por eso a continuación responderé a estos dos mitos con datos que pueden ser confirmados desde un smartphone.

1. Durante los últimos 20 años, la economía peruana se ha diversificado de manera notable con productos de alto valor agregado.
Usualmente se considera a los productos mineros como de bajo valor agregado y ahí radica el primer error. Pero no hablemos de los productos mineros sino de aquellos que comúnmente son considerados de alto valor agregado, como los productos manufacturados de exportación (químicos, textiles, papel, etc.). El primer mito sugiere que en este segmento no hubo crecimiento ni diversificación. Eso es falso.

El volumen exportado de productos manufacturados creció 11% cada año, en promedio, durante los últimos 20 años, mientras el volumen exportado de productos mineros lo hizo en 7%. Ambas tasas son espectaculares. Y la diversificación de los primeros fue impresionante. Según una nota de estudios publicada en el 2007 por el Banco Central, la mitad de los productos manufacturados exportados en el 2006 eran productos que no se exportaban en 1996 o que se vendían a nuevos destinos. Es decir, la diversificación y la ganancia de nuevos mercados permitieron duplicar la exportación de productos manufacturados durante esa década. Desde el 2006 a la fecha este proceso se ha mantenido.

La producción manufacturera creció más de 120% durante los últimos 20 años y ahora es más competitiva e integrada al mundo que antes. En 1994 el sector exportaba el 14% de la producción y ahora exporta el 25%, sin la elevada protección arancelaria con la que antes contaba.

2. Durante la última década, la pobreza y la desigualdad de ingresos han disminuido.

De acuerdo a los informes de niveles de vida y pobreza que publica el INEI, el porcentaje de la población pobre en el país disminuyó de 58% a 24% en la última década. El crecimiento económico explicó cerca del 75% de la reducción y el resto se puede atribuir a los programas sociales, financiados de manera sostenible con impuestos.

Hoy más de 730 mil familias en situación de pobreza reciben transferencias del Programa Juntos, 420 mil ancianos de escasos recursos reciben una pensión de jubilación por Pensión 65 y el sistema integral de salud (SIS) beneficia a más de 14 millones de afiliados de ingresos bajos.

Así, el crecimiento económico y los programas sociales han permitido que entre el 2007 y el 2013 los ingresos del 10% de la población más pobre del país aumenten a una mayor velocidad (7% anual) que los ingresos del 10% de la población más acomodada (1% anual). Las diferencias siguen siendo enormes, pero la dinámica mencionada implica que la desigualdad de ingresos en el país disminuyó en los últimos años.

Todo esto no quiere decir que el funcionamiento actual de la economía peruana sea perfecto y que no mejoras por hacer. Sin embargo, para plantear soluciones es fundamental dejar los mitos y hacer diagnósticos apoyados en un análisis riguroso de los datos. Lo bueno es que, a diferencia de antes, la nueva generación de profesionales tiene la información necesaria, y mucho más, en la palma de sus manos.

Autor: José Carlos Saavedra, Jefe de Análisis Macroeconómico de APOYO Consultoría
Fuente: Revista Poder 360

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