La Columna de FOZ

Una forma de carbono, el grafeno, constituye el elemento más delgado existente, con apenas un átomo de espesor. Bastaría un gramo de este producto para cubrir todo un estadio de fútbol. Transparente, el producto conduce el calor y la electricidad mejor que cualquier otro. Muy duro –hasta doscientas veces más resistente que el acero– es también flexible y elástico. Así, puede estirarse tanto como el jebe, hasta 20% más, a diferencia del silicio que se quiebra con 1% de distorsión.  Es realmente un material asombroso.

Se descubrió hace una década. En el 2010, dos físicos de la Universidad de Manchester lograron el Premio Nobel de Física por sus experimentos con él. Hace poco, científicos chinos han logrado un aerogel de grafeno cuyo peso es la séptima parte del correspondiente al aire.

¿Qué podría fabricarse con grafeno? Todos los equipos electrónicos fabricados con silicio, pero resultarían mucho más eficaces; baterías de larga duración que podrían sumergirse en agua sin oxidarse; celulares que podrían ser tan delgados como una hoja de papel, para doblarse y guardarse en el bolsillo.

¿Cuál es la cualidad más sorprendente del grafeno? Que es muy barato. Como existen intereses creados en la industria electrónica que usa extensamente los chips de silicio, es posible que ésta demore en adaptar el grafeno como insumo.

En tal caso, puede suceder que otras sean las industrias que estrenen el material. Por razones de sus campañas en África, Bill Gates viene promoviendo el uso de un condón de grafeno que sería muy delgado, ligero e impenetrable. La industria automotriz podría empezar a fabricar carros electrónicos con cuerpos de grafeno que no sólo mejorarían la seguridad de aquéllos, sino que además actuarían como paneles solares que cargarían la batería del carro. El grafeno permitiría integrar la electrónica con la biología. Así, uno podría tener un equipo de grafeno implantado en el cuerpo que interactuaría con el propio sistema nervioso.

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