La Columna de FOZ

El Pew Research Center ha publicado un informe sobre la generación de los millennials norteamericanos (aquellos entre 18 y 33 años). Ésta resulta ser una generación desconfiada de la política y de la religión, conectada por redes sociales, más pobre que sus antecesoras, poco apurada en casarse, desconfiada de las personas, pero optimista sobre el futuro.

El 50% se declara políticamente independiente y el 31% considera que no hay mayores diferencias entre los partidos políticos. Sólo el 58% cree con certeza en Dios, otro 28% se declara creyente pero no muy convencido, y el 29% se declara ajeno a la religión. El 26% se ha casado (que compara con 36% de la generación X y 48% de los Baby Boomers cuando tenían esas edades). La mediana para el matrimonio ha aumentado a 29 años en el hombre y a 27 años en la mujer. El 49% de los nacimientos corresponde a mujeres no casadas y el 51% se muestra favorable a los derechos de los homosexuales.

Los millennials son una generación desconfiada: apenas el 19% afirma que “es posible confiar en la mayoría de las personas”; cifra que fue de 31% y 40% en la generación X y en la de los Baby Boomers, respectivamente. Sin embargo, respecto del futuro, el 49% se muestra optimista, contra el 42% de los X y el 44% de los Boomers.

Es la primera generación más pobre que sus dos antecesoras: en conjunto, cuenta con más deuda, menores oportunidades de empleo, menores ingresos y patrimonio. Es interesante que, a diferencia de las anteriores generaciones, los millennials afirmen que con el tiempo se han ido volviendo más progresistas. Las generaciones anteriores solían responder a estas alturas que con el tiempo –matrimonio, familia, hipoteca– sus posiciones se habían vuelto más conservadoras. La mayoría respalda un Estado fuerte que ofrezca mayores servicios públicos.

La nueva onda es una en la cual las instituciones quedarían subordinadas a los individuos y las relaciones sociales resultan más digitales que interpersonales.

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