En el último Foreign Affairs, Richard N. Haass revisa algunas caracterÃsticas de la situación internacional: el repliegue de EEUU de una posición de sheriff y potencia dominante, la difusión del poder en un contexto multipolar, la emergencia de nuevos actores en el escenario, etc. Ante la inquietud de cómo lograr un consenso mÃnimo para atenuar el cambio climático, promover el comercio, establecer nuevas reglas para el mercado digital, luchar contra el terrorismo y atender epidemias infecciosas, los esfuerzos en curso, incluso las instituciones existentes, parecen insuficientes.
El Medio Oriente, lamentablemente, parece atrapado entre mucha intolerancia y poco acuerdo respecto del rol de la religión en el gobierno y la sociedad, confrontación que conduce frecuentemente a posiciones extremas. Haass considera que la región atravesarÃa las etapas iniciales de lo que fue en Europa la Guerra de los Treinta Años durante el siglo XVII, cuando las polarizaciones polÃticas y religiosas generaron conflictos cruentos, al margen incluso de las fronteras nacionales cuya validez es impugnada. Parte del vacÃo causado por el repliegue de EEUU ha sido llenado por el Estado Islámico.
En Ucrania, Rusia ha impugnado la validez de un orden europeo asentado en el reconocimiento de que el territorio no puede adquirirse mediante el uso de la fuerza. Vladimir Putin pareciera dispuesto a usar la intimidación para restaurar, en parte, el imperio ruso o soviético de otra época y Europa no parecerÃa dispuesta, por falta de medios o voluntad, a jugar un rol global firme.
La actual paz en Asia es bastante precaria por la cantidad de reclamos territoriales no resueltos, en el marco de polÃticas crecientemente nacionalistas. Muchos paÃses de la región, en vez de preparar a sus poblaciones para compromisos difÃciles pero necesarios con sus vecinos, toleran y promueven un peligroso nacionalismo.
En ese contexto, América Latina tiene una ventaja de mediano plazo.